jueves, 29 de octubre de 2009

Defensa de la ociosidad

Ayer leí este librito de Stevenson, y qué maravilla: la tesis que sostiene ha sido el leit motiv de mi vida desde que abandoné el Despacho de Abogados hace ya más de siete años... a veces no lo cumplo, es cierto, pero siempre querría haberlo cumplido.

Una persona muy ocupada se cree más importante de lo que es, se pierde lo fundamental de la vida y al final no es feliz... En cambio, "encontrar a un hombre o una mujer feliz es mejor que encontrar un billete de cinco libras" (cito de memoria), "cuando entran en una habitación, es como si se encendiera una vela". Y para ser feliz es preciso no pasar el día corriendo, ni haciendo muchas cosas...

Ojo, que ésta no es una defensa del "dolce far niente" sino del "ocio y la vida intelectual" de Pieper. O en escolio genial de Gómez Dávila (vuelvo a citar de memoria): "La cultura no podrá ser nunca el ocio de los trabajadores, porque es el trabajo de los ociosos".

1 comentario:

  1. Este libro parece muy interesante,, sobre todo viniendo de quien viene. Reflota, desde el pasado, una idea que empiza a ser futuro. Buena reseña.

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