martes, 15 de junio de 2010

Dios te lleva

Tiene la mirada serenísima de las monjas de vida contemplativa. Hemos comido con ella, que acababa el curso de Teología y se volvía enseguida a su monasterio navarro. Éramos ocho a la mesa, y surgen todo tipo de preguntas:
-¿Y tú por qué te haces monja?
-Por lo mismo que conoces a fulanito en un bar... y te acabas casando. Y dices: "si no hubiera estado esa noche, en ese bar..." Ya, pero estabas. En lo que te va aconteciendo, Dios se manifiesta. Y te va llevando...
-Contado así suena fácil
-Es bastante fácil, si te dejas llevar bien. Hay momentos de oscuridad, sí, pero no es muy complicado.
-¿Y por qué ese monasterio?
-¿Y por qué ese chico? Misterios... Yo conocí el Císter en Zaragoza, donde vivía. Trabajaba por la tarde y entonces, me iba al monasterio que conocía por la mañana, iba a Misa allí, desayunaba con ellas, y ya estaba allí toda la mañana. Rezaba, trabajaba... a mediodía comía y luego ya me iba al trabajo. Era un monasterio precioso, nuevo pero muy bonito. Y cuidaban la liturgia, mucho, y me llevaba estupendamente con la abadesa, con los capellanes... con las hermanas, que las quería muchísimo a todas. Lo lógico es que hubiera entrado ahí, pero no entré ahí. El Señor te lleva adonde quiere...

También pasa así con las personas. Conoces un chico, es estupendo, os lleváis muy bien... parece que vais a acabar juntos pero no, acabas con quien menos piensas, con quien no hubieras esperado la semana antes. No todo es lógica, raciocinio, sumar factores y obtener resultados exactos. Hay cosas en el corazón que no entendemos. Sólo quien lo creó lo sabe...

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